Restablecer el prestigio de una institución tan grande como la Bolsa
de Valores de Lima (BVL), y que es a la vez complicada de entender por el
público en general, resulta una tarea que no solo depende de una reforma bien
pauteada y establecida, sino de una colaboración en esfuerzo.
Cualquier estudio o análisis realizado al mercado de valores, nos indica
como un mercado por más desarrollado que sea, no encaja en los paradigmas de
ser un mercado totalmente seguro de lo que pueda suceder con el precio de
acciones afuera. Los inversionistas además se la juegan poniendo cantidades de
dinero en un mercado cuya característica principal es el cambio en el precio
de acciones pero que puede resultar en grandes ganancias.
Para ayudar a que ello suceda, y la bolsa debería trazarse tres puntos. Lo
primero es aminorar las empresas mineras que constituyen la BVL. El acceso al
mercado de valores debe facilitarlo así mismo la Superintendencia del Mercado
de Valores (SMV), y el Ministerio de Economía y Finanzas.
El segundo punto para reflexionar sería que una vez facilitado el acceso
al mercado, más empresas coticen en Bolsa, y los empresarios dejen de lado así
el trastrocamiento de muchas cifras y balances que ya no podrían hacer ya que
el mercado de valores solicita esclarecer su situación.
En tercer lugar, pero no menos importante, las Sociedades Agentes de Bolsa (SAB) deben cambiar su actitud pasiva para realizar un desempeño más activo en cuanto a captar posibles inversionistas, engrosando así las filas de clientes y personas que se beneficiarían de la Bolsa.